"Los baños revelan la verdad sobre la cultura organizacional de cualquier empresa"
Los baños públicos son espacios que en general no suelen captar nuestra atención, a menos hasta que dejan de funcionar.
Sin embargo, estos espacios tan “normalizados” en nuestra cotidianidad llevan la carga simbólica de todos los prejuicios y de todos los sesgos que atañen a la inclusión y la diversidad.
Por eso es que, aunque parezca increíble, el diseño de los baños es capaz de revelar la verdad sobre la cultura organizacional de cualquier empresa.
Los baños públicos al separarse de forma binaria en función del sexo biológico, constituyen una de las tecnologías de género que legitiman la matriz hegemónica cissexual. Ya sea por su disposición arquitectónica, por su dimensión simbólica y por su aspecto normativo, los baños son un lugar donde el poder normalizador actúa, circula y ejerce sus efectos en todas las personas.
Para Paul Preciado “los retretes públicos son cabinas de vigilancia del género”.
En esta línea y en relación a las investigaciones en torno a ampliar derechos, desnaturalizar los binarismos, combatir la discriminación y discutir los espacios que la reproducen, comienzan a tomar fuerza los diseños de baños sin distinción de género en espacios públicos de todo el mundo.
La posibilidad de acceder a un baño de forma segura y sin restricciones es indispensable para cualquier actividad; limitar esta opción puede afectar la capacidad de algunas personas para trabajar normalmente. Es por esto que las organizaciones que alientan una cultura de inclusión y diversidad deberían considerar el acceso inclusivo a los baños a fin de reflejar las necesidades de todos los trabajadores, sin excepción.
En la actualidad, una opción cada vez más adoptada es la de incorporar baños sin distinción por género y de acceso universal. Esto significa que están diseñados para el ingreso de todas las personas con todo tipo de necesidades.
Pero, cuando hablamos de baños universales e inclusivos no nos referimos a un tipo de espacio único y genérico sino a una variedad de opciones diferentes que cada organización deberá definir en función de sus propias necesidades. Muchas veces por el estadio de la cultura de la organización se recomienda dejar baños con distinción de género, es decir, binarios, y adicionar baños sin distinción; en otros casos se pueden diseñar espacios para usuarios únicos, es decir, baños individuales que ofrecen privacidad y son los más adecuados para entornos de trabajo pequeños; entre varias opciones más.
Cada empresa es un ecosistema distinto, y es por eso que las “recetas mágicas” y universales son una falsa ilusión. En cada caso en particular se debe hacer un relevamiento y diagnóstico, para ofrecer la mejor opción y que culturalmente sea asimilado.
Desde Panoptico de Género acompañamos a las organizaciones en el diagnóstico, diseño y evaluación de este tipo procesos que promueven el verdadero cambio cultural organizacional. Si algo de todo esto te hace sentido, contactanos.
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